Los que seáis de mi quinta recordaréis con nostalgia una de las mejores series de TV de los ochenta, Canción Triste de Hill Street. Mucho antes de CSI y compañía, esta serie reflejaba el día a día de una comisaría de policía, centrándose sobre todo en su lado más humano: las relaciones, buenas y malas, piques personales, etc. entre los distintos agentes; sus miedos e inseguridades; las dudas entre el deber y el «hacer lo correcto»… Leyendo Gotham Central no puedo evitar pensar que lo que tengo entre manos es un storyboard de una nueva temporada de aquella serie, actualizada a los tiempos que corren hoy en día y por supuesto ambientada en la ciudad de Gotham con sus pintorescos habitantes. Sólo falta el Capitán Furilo diciendo aquello de «tengan mucho cuidado ahí fuera».